El 8 de julio de 2013 el papa Francisco hizo su primer viaje fuera de Roma a la isla italiana de Lampedusa. Días antes había naufragado un barco con refugiados de los que 349 murieron. Se calcula que en los últimos veinte años han muerto cerca de 20.000 personas entre Libia e Italia. Allí, el pontífice expresó las siguientes palabras:
«¿Dónde está tu hermano? ¿Quién es el responsable de esta sangre? ¡Ninguno! Todos responden igual: no he sido yo, yo no tengo nada que ver… Hemos caído en la globalización de la indiferencia».
El 9 de abril de 2014, la fundación italiana Casa del Espíritu y de las Artes presentó al papa una cruz hecha con tablas de barcos naufragados frente a Lampedusa.
El Papa Francisco la bendijo y les encargó: «Llevadla por todas partes».
La ciudad de Sevilla ha respondido a esta llamada y del 15 de enero al 1 de febrero está recorriendo nuestra archidiócesis. ¡Y qué regalo que haya venido a “nuestra casa”!
El pasado miércoles 29 de enero fuimos convocada, toda la Familia Vicenciana de Sevilla, en la Casa provincial de las Hijas de la Caridad, para estar junto a aquellos que pudieron salvar sus vidas en el trayecto buscando otra vida mejor, rezar por aquellos que no lo consiguieron y pedir por los que cada día arriesgan su vida en busca de su sueño.
Fue una celebración preciosa, preparada con mucho mimo y enormemente emotiva. Hermanas y algunos profesores de nuestro centro quisimos responder a esta invitación y volvimos con el corazón conmovido pero a la vez agradecido una vez más al Padre por lo allí vivido y celebrado.
Somos Iglesia de Jesucristo que acoge, apoya, cura, da vida al hermano necesitado. Que todos y todas como miembros de la iglesia, abramos los brazos siempre para acoger y proteger a los migrantes que llegan en busca de esperanza.